Si el procurador fuera rey

Procurador General alejandro Ordoñez

Imaginemos por un instante un hermoso país, lleno de montañas, recursos y de gente amable, en donde el grueso de la población es feliz ( Imaginario en su totalidad ya que es absurdo pensar que un país así pueda existir). Este es un país en donde pese a la pobreza siempre hay ahorritos para comprarse una pola los viernes y celebrar con los amigos la vida y dar gracias al cielo por todos los beneficios recibidos. Ahora imaginemos que este imaginario país tiene un rey no tan imaginario: El Procurador General de la Nación colombiana Alejandro Ordóñez.

Sin duda los magníficos reinos árabes y estados soberanos del medio oriente no tendrían absolutamente nada que envidiarle a este país imaginario excepto tal vez la vocación religiosa, ya que los grandes magnates del petróleo de países del norte de áfrica y de la  península arábiga tendrían la entrada prohibida a menos de que hiciesen pública su conversión al catolicismo. Y es que este fantástico país sería confesional y sólo los cardenales y obispos de turno tendrían tanta influencia como el rey mismo en las decisiones políticas, sociales y económicas que tuvieran que afrontar los ciudadanos del reino.

Pero no os preocupéis, que estas decisiones serían todas en pro del amor, la familia y el trato justo, recordemos que ante todas las cosas, la función primordial de Ordóñez en la procuraduría es velar por el cumplimiento de todos los derechos de los colombianos, es decir, es un santo patrono de los derechos fundamentales, imaginémoslo de rey: Nada que temer.

La educación sería integral, después de la quema sistemáticamente de todos los libros presentes en bibliotecas públicas y universidades que promuevan la perversión, los malos hábitos, la sublevación, la rebeldía, y cualquier libro que atentase, hablase mal o estuviere en contra de los valores cristianos católicos, su filosofía y su forma de ver el mundo. Demos gracias al Señor nuestro Dios.

La sexualidad está debidamente regulada según el código de moralidad católica que viene a ser lo mismo que para nosotros la constitución política, la cual reza que "Cualquier tipo de contacto psico-morbo-arrecho-afectivo fuera del matrimonio cae en el pecado de inmoralidad, máximo delito contemplado en el código" Larga vida al rey Ordóñez.
(Valga la pena aclarar que este pecado sería fuertemente castigado según el caso, y las penas irían desde un tiempo en prisión hasta la lapidación en la plaza principal como reza explícitamente la biblia)

Es por esto que sería inverosímil ver niños o embarazadas en las calles, , el ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar) no tendría niños bajo su cuidado y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) no tendría absolutamente nada que hacer en territorio nacional.

Por supuesto con los niveles de alienación y de convicción moral y religiosa, principalmente promovida por una nueva ola del periodistas 'escribanos reales',(Los demás se dedicarían a los 'pases' del baile), las normas tendrían total acogida y en cuestión de meses los casos de embarazos no deseados, de adolescentes en vísperas y de hijos extra-matrimoniales  se reducirían dramáticamente. Todo eso sin necesidad de recurrir a esos inútiles proyectos de educación sexual que sólo estimulan a los niños a iniciar su vida sexual de forma precoz y desviada.

Ni qué hablar de los abortos, estarían explícitamente prohibidos por inmoralidad también, después del nacimiento del infante este sería adjudicado a la iglesia para su formación como hombre de estado (Figura nacional del sacerdote) y posteriormente su madre sería llevada a la hoguera en plaza pública.

Instituciones como Profamilia tienen rotundamente prohibido so pena de inmoralidad establecerse y/o ejercer funciones relacionadas con la sexualidad ya que el organismo encargado de estos temas a nivel nacional son las arquidiocesis respectivas, los obispos serán quienes le enseñen a los niños lo que es la sexualidad y cómo debe abordarse "Dejad que los niños vengan a mi".

Incluso dentro de la vida marital la sexualidad estaría regulada por el Duque Roberto Gerlein, evitando asi la sexualidad recreativa y se tomaría como ejemplo la vieja usanza inglesa del consentimiento real para mantener relaciones sexuales.
 La entidad designada para mantener el orden en estos asuntos entre otros altamente vigilados por el reino, sería claramente la de los militantes de la tercera fuerza, grandes seguidores de la ideología Ordoñecense, por lo que en nuestro país imaginario probablemente la calidad y cantidad de los permisos reales de "fornicación para fines reproductivos" tendrían mucho que ver con la condición racial de los solicitantes. Larga vida al rey Ordóñez.

Evidentemente la inmoralidad no sería el único crimen contemplado ya que por imaginario que sea nuestro escenario, deben haber ladrones, estafadores, asesinos que también estarían acogidos en los códigos civiles. Sin embargo el tratamiento de otros crímenes es diferente ya que no son una ofensa directa a Dios como sí lo es la inmoralidad, pero sus condenas, dependiendo el caso, podrían ser reducidas en un 80% o disueltas si  los criminales decidieran arrepentirse y confesarse en la parroquia correspondiente. En la infinita misericordia de Dios por medio de su representante en la tierra: El rey, todo aquel que termine su condena o que sea absuelto será recibido con bombos y platillos en el palacio real, inclusive con una invitación a la boda de la princesa.

La libertad de expresión sería aplaudida con el fervor necesario para aplastar aquellos mosquitos chupasangre que estén volando alrededor del tema, como las asociaciones de mujeres, afrodescendientes, agnósticos o hippies que solo contagian con ateísmo, feminismo, y homosexualismo a quienes pican. Afortunadamente el reino tendría a su disposición para quienes sufren de estas enfermedades centros de rehabilitacion y tratamientos mentales que están encaminados por Cristo a re integrar a estos borregos perdidos del rebaño.Aquel que se negase a estos tratamientos sería lapidado en plaza pública. Larga vida al rey Ordóñez.

En caso de posturas políticas de oposición, o que promuevan la inmoralidad, el rey se hace cargo en persona, los separatistas, izquierdistas, liberales, y promotores de nuevos derechos recibirían, de la propia firma del rey, una  justicia digna del reinado de Luis XV, al menos y sólo al menos, en cuanto a participación política se refiere. En cuanto a temas de legislación en otras cámaras que no sean las del palacio real, se encargarían las infantas María Eugenia Carreño e Ilva Miriam Hoyos, de velar por el lobby real. Es justo y necesario.

Aunque sería un estado confesional, enteramente católico, en este escenario imaginario, los más felices son los judíos, es decir, los campesinos. Ya que su creencia puede contaminar las mentes jóvenes con ideas lejanas al nuevo testamento, por orden del rey las comunidades judías serían llevadas a los campos, a trabajar con ahinco y emoción a construir un mejor reino, ellos vivirían alegres en comunas al mejor estilo camboyano, donde se les proveería de lo necesario para vivir, únicamente a cambio de su trabajo en la producción de los campos, vigilados por las fuerzas élite de la tercera fuerza, esta noble comunidad no merece un trato inferior. Y aunque los periodistas, expertos bailarines del porro, digan otras cosas, Según los obispos cercanos al trono, cualquier cosa fuera de lo que dice la ley sobre los judíos en los campos, es mera exageración. Dios salve al rey