Mañana es 14 de Febrero, día de San Valentín, no sólo en EEUU sino en gran parte del mundo, sólo en Latinoamérica es una fiesta oficialmente celebrada en Chile, Cuba, Ecuador, Puerto Rico, República Dominicana, Argentina y Uruguay. Sin embargo, en Colombia parece generar una dicotomía y un sentido patrio bastante peculiar. Recientemente un amigo mío me decía que encontraba ridículo que en el país celebráramos una festividad extranjera, sobre todo cuando en Colombia ya teníamos una fecha criolla para celebrarlo. No es el único que piensa así, y para todos ellos, incluido mi amigo, he querido dedicar esta columna.
Para comenzar, quiero partir de una pregunta ¿Qué hace que una fiesta sea nuestra? ¿Qué convierte a una festividad en algo autóctono? ¿Qué podría legitimar o desvirtuar una celebración en un país? Se me ocurren varios factores, el fervor de la gente que lo celebra, la cantidad de personas que lo hacen, el origen cultural de la festividad, el origen geográfico de la festividad, y la finalidad de la misma (incluyendo los medios y fines que representan para la economía de un país). Revisémoslos uno por uno.
De entrada, me gustaría mencionar que ninguna de celebración “Autóctona” u “oficialmente reconocida” es propiamente nuestra, todas, en mayor o menor medida, tienen su origen en otra parte del mundo, eso sí, cada región tiene su propia forma de celebrarlo. Sólo por enumerar algunas de ellas vienen a mi mente el día de la mujer (8 de marzo), el día de la Madre en mayo, el del padre en julio, Halloween, navidad o Año nuevo. Ninguna de nuestras grandes celebraciones es propia. Ya vienen sea de algún elemento cultural religioso, místico o son la evolución de fiestas paganas. Claro, tenemos el carnaval de Barranquilla y los festivales, pero son tan regionales que no clasifican ni como fiesta nacional, es decir, yo no veo a nadie decorando su casa en Bogotá para el carnaval de negros y blancos o en Pasto adornando sus fachadas para el carnaval de las Flores.
En cuanto a San Valentín cada vez son más las personas que lo celebran en Colombia, y cada vez se vuelve una fiesta más instalada en nuestra cultura. Ahí es cuando entran los detractores, diciendo que es una fiesta gringa, que es una ridiculez celebrarla aquí, pero como lo mencioné antes, no es exclusiva de EEUU, de hecho, ni siquiera se originó allí. La leyenda fundacional de la festividad cuenta que fue un sacerdote llamado Valentín que solía casar parejas en tiempos en que el cristianismo estaba prohibido, y un emperador lo convirtió en mártir. Algunas versiones son más fantásticas y románticas que otras, algunos expertos solo dicen que es una evolución de una festividad pagana (como el Halloween) que celebraba la fertilidad. Y es que, en la Europa antigua el tiempo ideal para quedar en embarazo era al finalizar el invierno, y la época óptima para dar a luz era a comienzos de la estación fría. Por algún extraño motivo, en la civilización occidental esos patrones se mantienen. Sólo en Colombia, los picos de nacimientos se producen entre septiembre y diciembre (algo que tendría mucho más que ver con los encuentros románticos en febrero y no en septiembre como nuestra “autóctona” tradición sugeriría).
Ahora sobre la finalidad de la misma, muchos detractores criollos del San Valentín, dicen que no es necesario celebrar lo mismo con dos fechas, pero si uno le pone lupa a la cosa, las dos festividades celebran cosas diferentes, mientras que San Valentín está diseñado, (sí, diseñado) para parejas, y sobre el concepto del amor de ensoñación, el día del amor y la amistad celebra las relaciones fraternas y el amor afectuoso, el cariño y la camaradería, por eso los comunes juegos de amigo secreto etc que son tan populares en septiembre. Entonces, para los que dicen que San Valentín es una fiesta enteramente comercial, (como si las otras no lo fueran), vale la pena aclarar que el único motivo por el que en Colombia el día de Amor y Amistad se celebra en septiembre es porque en 1969 los comerciantes colombianos, argumentaron que en febrero (la fecha lógica para esa celebración) la gente tenía una prioridad económica con la temporada escolar, y no era beneficioso para el comercio celebrarla ese mes, entonces se trasladó a la época del año en la que menos compromisos económicos tenían las familias colombianas, es decir, la tercera semana de septiembre. Un origen más comercial que ese no existe, al menos Halloween, navidad y el día de la madre tienen un trasfondo cultural histórico.
En este punto vale la pena aclarar que, primero, ustedes detractores, muchas veces nacieron después de 1969, por lo que no estaban al tanto de este detallito, y que desde entonces la familia colombiana ha cambiado mucho, hoy los matrimonios no son tan jóvenes, tan numerosos, y no tienen ni tantos hijos, ni tan pronto como lo hacían el siglo pasado, la carga económica que representan los útiles escolares no son un problema por la creciente cantidad de jóvenes solteros y sin hijos, que gracias al baby boom hoy constituyen al grueso de la población, es decir, San Valentín ahora sí tiene un mercado fértil en Colombia.
Foto de: reporterosasociados.com.co |
Además, la festividad no solo beneficia a los comerciantes que se dediquen a vender cursilerías para esta temporada, a los hoteles, moteles y sitios de servicios para parejas. Hace años que San Valentín ha sido un eje económico crucial para el país. Durante cerca de 40 años Colombia se ha posicionado como el segundo mayor exportador de flores del mundo, justo detrás de Holanda. Y, en gran parte del mundo, donde la celebración se lleva a cabo en Febrero, importan este producto. La industria floricultora del país vive y se desvive por San Valentín y sólo este año se exportaron entre 500 y 600 millones de flores según datos de Asocolflores y el Ministerio de Agricultura, es decir, más de 35.000 toneladas de flores. Son cerca de 1.500 especies de flores colombianas las que se destacan en el mercado internacional por su calidad, color y aroma, y la industria genera unos 18.000 empleos adicionales sólo por la fiesta de San Valentín. Regiones completas como la sabana occidente de Bogotá son económicamente soportadas por la floricultura, que este año aseguró ventas por 1.400 millones de dólares.
Entonces, tenemos una industria consolidada y creciente, un mercado fértil y en crecimiento, un trasfondo internacional cultural e histórico, y tantas ventajas como desventajas tiene el amor y amistad de Septiembre. ¿Es en serio San Valentin una fiesta tan ajena a nuestras tierras?... lo dudo, en mi opinión personal, San Valentín es una fiesta mas criolla que muchos de nosotros.
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